El Vaticano anunció el sábado haber nombrado a nueve nuevos miembros en el seno de la comisión antipederastia, tras el controvertido balance de actividades del precedente grupo de expertos.
El cardenal estadounidense Sean O'Malley fue confirmado a la cabeza de esta comisión así como otros siete miembros anteriores. Sin embargo, nueve nuevos miembros pasaron a formar parte de este grupo, creado por deseo del papa Francisco.
Sin contar a su presidente, la comisión está formada por ocho mujeres y ocho hombres, incluidas víctimas de abusos sexuales cometidos por eclesiásticos.
"Nuestro santo padre el papa Francisco prestó mucha atención y oraciones al nombramiento de estos miembros", aseguró el cardenal O'Malley, citado en un comunicado del Vaticano.
La comisión pontificia para la protección de los menores fue creada en 2014, poco después de la elección del papa Francisco, para "asistir a las iglesias locales en todo el mundo en sus esfuerzos por proteger de los ataques a los niños, los jóvenes y los adultos vulnerables", según la definición del cardenal estadounidense.
Sin embargo, su trabajo fue duramente criticado el año pasado por dos de sus miembros.
La irlandesa Marie Collins, de 71 años y víctima a los 13 años de abusos sexuales perpetuados por un cura, había preferido dimitir en marzo de 2017 denunciando la "vergonzosa" falta de cooperación del Vaticano.
El británico Peter Saunders, otra víctima de abusos sexuales, había renunciado en 2016 afirmando que la comisión "necesitaba sangre nueva del exterior".
Esta comisión está "compuesta por personas competentes, pero necesita ser reforzada por miembros que no estén completamente entregados a la Iglesia", declaró en marzo pasado a la AFP.
Ni Collins ni Saunders volvieron a ser nombrados en este grupo de expertos, cuya tarea se limita a investigaciones y propuestas sobre prevención, sin intervenir en casos individuales.